domingo, 2 de junio de 2013

Mi puente de los 18 versión 2.0

Pienso mucho en el futuro. Bueno, en realidad pienso mucho en muchas cosas. Pero en el futuro concentro gran parte de mi esperanza y mis ilusiones. Y lo hago porque como el pájaro que crece en una jaula pequeña mis alas ocupan demasiado espacio y mis ansias por acabar de ser un adulto me llevan con frecuencia a sumirme en un estado de crispación y desanimo que no me hace bien. La realidad es la que es, aunque el camino que haya recorrido sea el correcto, aunque no pueda reprocharme no haber hecho cuando debía. He sido bueno, he vivido centrado, alejado de lo que no me convenía, acertando convenientemente con mis compañías y mis hábitos. Y he sabido compaginar el estudio con el ocio e incluso el trabajo en la medida que necesitaba. Pero cuando el camino acaba y debería haber llegado a esa meta... resulta que todo ha cambiado y las metas están destruidas. ¿Y que le hago yo?

Me rearmo, reescribo mis frentes, buceo en mi interior y diseño un puente sólido que me lleve a otra cima distinta. Quizás en el camino la sociedad reabra mi anterior objetivo y me bajo del puente, pero si no al menos estaré ocupado laboriosamente en la construcción de mi futuro 2.0. Ese puente es mi ilusión, con toda la dificultad de volver a los 18 teniendo 26. Y con toda la facilidad que te da el tener 26 y saber que debes hacer para no quivocarte a los 18. Un pequeño Deja Vu, sin obsesionarme más con el tiempo, ni con lo pasado ni con lo futuro. Sin pensar tanto en la cima, aunque el miedo a llegar para encontrarme otro escombro sea grande. Disfrutando de cada pasito de este puente de 4 años, lleno de segundas oportunidades, para mi mismo y mis ilusiones.

Otros no llegaron a una primera cima, otros que llegaron encontraron lo que yo y no pueden permitirse otro puente. Y es que después de todo... Me siento un privilegiado porque a pesar de lo malo, tengo mucha suerte!!!

viernes, 31 de mayo de 2013

Mi mente

Tengo un sitio donde solo estoy yo, donde solo puedo entrar yo. Un lugar dibujado a mi modo donde soy capaz de sentirme en cada momento como necesito. Aquí no hay muros, no hay limites, no existen paredes ni tengo que esconder nada. Y la gran suerte de todo esto es que aqui puedo esconder lo que pienso, mis juicios, mi valoración, mis instintos y mis palabras. Tengo un cajón lleno de cosas que no puedo decir, y por suerte nadie escuchará.

Es mi mente, donde la realidad de fuera no cabe. Donde todo es un gran secreto en un cofre, cuya llave es mía y nunca será de nadie. Aqui opino lo que quiero, me rio, me compadezco, me identifico y deseo cosas imposibles. Aquí en mi mente, puedo decir lo que la gente no soportaría, lo que me haría parecer mezquino, cruel o injusto a los ojos de muchos. Yo soy el dueño de mis pensamientos, yo soy amo y señor de las palabras que no pronuncian mis labios. Esa es la gran suerte. Poder pensar lo que quieras, poder querer, decidir, anhelar, soñar, desear y opinar. En esta caja de secretos, de realidades irreales, de futuros y pasados.

Y he aprendido una lección para la vida. Mantener cerrada mi mente, no dejar que se escape nada, que no me traicione mi boca; pues como dice el refrán...

Soy dueño de lo que pienso, y esclavo de mis palabras...

Conclusión: Mejor pensar mucho y hablar poco...

martes, 28 de mayo de 2013

No me arrepiento

Cuanto mas tiempo pasa mas mira uno atrás y busca sentido a lo vivido. Ya no soy un adolescente, y he quemado un lustro de mi juventud. Y he pasado por una etapa en la que todos vivían para el disfrute al exceso, la fiesta sin fin y el desfase extremo. Bajo la crisis de valores queda la premisa de exprimir al máximo el ciclo vital en el que uno no es niño pero tampoco un hombre. Transfiriendo estereotipos e ideas que hacen del carpe diem un leitmotiv juvenil en el cual se ha de encajar para poder considerarte normal. Y ahora que ha pasado el tiempo digo con orgullo lo que durante un tiempo era una pequeña losa en mi conciencia... No soy normal... y menos mal.

Porque no me arrepiento de mi elección, la de alejarme de la embriaguez y la experimentación como argumento para validar mi madurez. Yo fui distinto, me sentí así, me alejé, sufrí con frecuencia por ello, por verme en otro punto, por pensarme un viejo dentro de un niño. Pero no me arrepiento, porque he crecido fuerte en mis convicciones, en mis razonamientos y planteamiento vital. No necesito experimentar lo que de sobra se como acaba. Del mismo modo que no tengo porque comerme el excremento de un perro para saber que no es una delicatesen. No me arrepiento de haberme perdido fiestas hasta el amanecer, o borracheras que acababan en la taza del wáter. No me arrepiento de no vivir a base de risas fingidas y amistades perecederas, de personas que se adoran y se necesitan con la misma velocidad que se olvidan en el tiempo. No me arrepiento de haber me perdido amores de un rato. Porque yo no me arrepiento de haber crecido y pensado de un modo distinto. Y si volviera a tener 18 años, volvería a elegir alejarme de lo que todos hacían, no por ser distinto a ellos, no por sentirme especial o raro... No me arrepiento de la única forma en que yo se ser feliz.

domingo, 26 de mayo de 2013

Desidia

Que lento se mueve el reloj cuando quieres que avance, y que rápido cuando deseas detenerlo. Son días demasiado inútiles en mi vida. Cuando no tienes un "quehacer" que ocupe las horas todo se hace tedioso y aburrido. Y completo la agenda con huecos entre el comer, el dormir y el salir. El exceso de ocio acaba por no ser ocioso. Cuando estás hasta arriba deseas calma... pero yo estoy ya un poco hastiado de tanta calma. Se que aun queda para mis retos futuros. Sin ir mas lejos un larguísimo verano... extremadamente largo. Pronto empezará a hacer calor. Y solo de pensarlo me agobio. Voy cayendo en la desidia...

domingo, 19 de mayo de 2013

El mundo de los sentidos

Hablaba Platón hace mas de dos mil años de dos realidades, de dos mundos, de la dicotomía entre el mundo de las ideas y el de las apariencias. Y daba valor a las ideas por encima de la experiencia, por ser eterno e inalterable.

Era una teoría. Una cosmovisión por asi decirlo. Ha pasado algo de tiempo y los que estamos hoy aquí nos enfrentamos a este mundo. Y por desgracia no todos somos felices.

Manda la apariencia. Esto es así. El mundo esta hecho para el deleite estético. Para los sentidos. Las personas con frecuencia somos esclavos de nuestra primaria naturaleza y eso nos lleva a crear cánones, modas, realidades dentro de realidades, para disfrutar del placer corporal mas instintivo. Esa es la más cruda de las realidades. Nos movemos en torno a miles de personas, coincidimos en un bar con tipos diferentes, pero vemos aquel que llama a nuestros ojos. Buscamos un trabajo, y sabemos a priori que tendrá un plus aquel cuya apariencia agrade mas, el hombre alto y atlético de facciones varoniles y hermosa mirada; la mujer de generosas curvas sin reparos en mostrar y más maquillaje que realce su rostro...

Y eso es rastrero, pues dejamos en el tintero a personas válidas (en ocasiones más que los icónicos), inteligentes, agradables, curiosas, amables, trabajadoras, sinceras... Y lo que es peor... gente con sentimientos. Personas que no son culpables de no tener la talla o la estética canónica. Que nacen así, que nacemos así, con taras. Sin anatomías cinceladas a conciencia, con defectos por fuera...

Y lo triste es que esas taras de nacimiento marcan un devenir complicando la personalidad a lo largo de los años. Forjando derrotas, alimentando complejos y dolor frente al espejo. Nos hacen más débiles, susceptibles, irritables en ocasiones y altamente inseguros. Deforman quien somos y nos hacen quedar por debajo de quienes podríamos ser. Todo ello por asumir que en este mundo de los sentidos duele mucho ser feo. Y es la maldición que arrastra a miles de jóvenes a diversos trastornos de todo tipo, pero importante que eso... a la infelicidad.

Aprender a querernos como somos es el reto más difícil que alguien imperfecto puede soportar.

jueves, 16 de mayo de 2013

Luchar por crecer un poco más

Las cosas no salen como se planean. Y si ocurre así sería muy aburrido. Decía John Lennon que la vida es aquello que te pasa mientras te empeñas en hacer otros planes. Y no puedo estar mas de acuerdo con el.  En el camino de mi vida, no imagine encontrarme estancado a mi edad, no al menos en la manera en que me encuentro.

Cubiertas distintas etapas vitales, con plenitud emocional y un nivel justo de madurez. Me encuentro que el mundo es un enjambre semiderruido donde las metas que tracé tiempo atrás son imposibles y seguirán siéndolo por tiempo. No se puede negar que la economía condiciona los modos de vida, la posibilidad de alcanzar objetivos, la necesidad de emanciparse... Todo eso en nuestro tiempo se antoja demasiado complicado.

Solo me quedaban dos opciones. O me sentaba a esperar... o hacia mas planes. Y no puedo no hacer lo segundo. No puedo quedarme quieto. Asi que toca meter la cabeza en un caldero de agua fría y crear opciones. Voy a darme una nueva oportunidad, de aprender cosas nuevas, de crearme otro futuro diferente que no esperaba hace una década. Voy a inventarme otro porvenir, aunque el tiempo sea quien ponga la semilla. Yo voy a luchar por crecer un poco más...

sábado, 11 de mayo de 2013

Felicidad con tiritas

Se escapan los días, las semanas y los meses. Sin darme cuenta han huido los años por la ventana mientras distraído jugaba a dar pasos hacia delante. Y hace tiempo que observe en el espejo que el reloj empieza a ganar. Porque la vida no cesa, no se para. Y aunque lo pretenda no soy un niño. Pero entiendo a Peter Pan.

Hasta hoy me parecía otra fábula más. Otro cuento para niños. Pero casi sin saberlo ya no soy un niño, y el cuento se ve mas claro, mas nítido. La niñez, la juventud, la inocencia, la esperanza... Todos esos momentos en que no existe el miedo ni la desazón. Los momentos en los que este día es simplemente uno más, sin medirlo como una porción más de una vida, como un escalón. Y para mi ha llegado ese momento.

Cada paso que doy me tiemblan mas las rodillas, porque mi analítica forma de ver la realidad me convierte en un ser hiper-racional que busca sentido a cada instante. Y no hay. Pero la realidad no tiene señales, nosotros las creamos.

Del camino ha pasado un tercio, llega el momento de crecer de verdad, de afrontar retos que siempre resultaron lejanos, de ser adulto. Yo ya estoy aquí, donde las nubes no son de caramelo y algodón ni los ríos de fresa. Aquí ya todo es serio, aquí me toca conocer la felicidad con tiritas, que es la autentica felicidad.