martes, 17 de junio de 2014

Entre la incercia y la magia

Siempre quise vivir por amor. Por amor respirar, por amor caminar y hasta por amor morir. El amor es una fuerza de la naturaleza que rompe con todo. Y así los autores se afanan en describir lo indescriptible, en desmenuzar con las palabras la inmensidad... pero, ¿hasta cuando?

La pasión, la amistad, las caricias y las bondades se liman y rebajan y quizás al tiempo miras al espejo con miedo de haberte equivocado. Con dudas de si es o no es. Y una risa nerviosa se cruce en tu camino y te derrumbe ante las miserias de una realidad que no es como pintan ni como deseaste. Y así soy preso de mi propio cuento, de mi camino, del guión trazado y las melodías repetidas... Soy una duda herida en su centro de equilibrio. Ese punto vital que ya luchó con dragones en el pasado; pero que llega el día en que baja los brazos porque empieza sentir que la inercia puede más que la magia. Y el no saber porque esa risa se repite en mi mente, ¿porqué? ¿El destino ironiza con el peso de mi realidad? ¿Es una señal? ¿Una prueba de ingenio y quietud? Soy el hombre que quiero ser, con mis luces y mis sombras -que son muchas-.

Soy el mago capaz de hechizar con palabras. El que convierte la arena en polvo de estrellas y las torres en castillos encantados. Soy ese quijote valedor de lo invisible, creador de sueños y amante empedernido. Soy todo eso que un día me hizo ser distinto, pero vivo triste y la tristeza cubre todo lo que soy bajo la pesada lava de la monotonía, del peso de una elección que a ratos me empieza a hacer dudar de mi mismo. No se si esa risa, si ese cuerpo y esos ojos llaman al mago, o quizás simplemente sea el mago quien me esta llamando a mi porque lleva demasiado tiempo aletargado. Yo soy el mago y el dormido... triste duermo y ya no sueño. Hubo un tiempo en que soñaba despierto...

Y romperlo todo es una opción, pero es dar la espalda a mi ética y faltar el respeto a mis principios. Cerraré los ojos, aguantaré un poquito más; y así el tiempo será mi aliado. Lanzar los dados no es de caballeros, pero tampoco lo es temblar en el pulso sin convicción ante la reina de mis sueños.

martes, 1 de abril de 2014

Pies de barro

La oscuridad pesa demasiado
en el fondo del alma tiene su sitio
y puede en un segundo
llevarte a los infiernos.
Me ha arrebatado mucho, me ha golpeado sin reparo alguno
me ha mirado a los ojos y se ha reído,
tanto como yo he llorado.
No conozco las dimensiones de mi mente,
ni imaginar hasta donde se extiende mi imaginación,
pero se que yo soy muy pequeño
y mis pies de plomo son en realidad de barro.
El miedo me ha desmoronado,
me ha revolcado como una ola gigante,
y mi barco no es barco,
es solo un tronco flotando al que me aferro...
y mi barco quizá nunca fue barco,
pero yo lo creía.
Y hoy soy débil, sencillo, temeroso, inquieto,
soy menos yo que nunca, soy la sombra de una duda,
que me cubre por completo.
Mis pies son de barro,
y mis lagrimas de fuego.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Fin por medios

Caminar es esencial. Puedo pararme para tomar aliento y descansar. Pero tengo que seguir. A menudo me cuestionan mis decisiones, mis perspectivas. No entienden mi decisión. Yo en cambio decido como forma y fondo. Elijo el fin y por ello justifico los medios. Sacrifico tiempo, esfuerzo, dinero... pero porque quizás ahora he comprendido lo que quiero. Quiero volar lejos, cruzar Norteamérica, enseñar allí y disfrutar. Porque aquí todo huele demasiado a podrido. No tengo metas, no tengo razones. Por ello, el FIN va a justificar los MEDIOS. Y a quien me juzgue que le zurzan.

miércoles, 17 de julio de 2013

Redireccionando

La vida es una montaña rusa. Es una frase que he escuchado muchas veces, y es una gran verdad. Nuestro balance emocional sube y baja mientras vivimos en función de las circunstancias y mantener un equilibrio en ese juego es el secreto para ser estar bien. Pero la felicidad, al menos en mi caso, ese equilibrio, requiere de unos elementos que no siempre están.

Yo necesito una rutina, un camino por el que caminar con un destino más o menos claro. Necesito mantener las horas llenas con actividad, esperanza y deseos. Así crea uno sus metas, diseña expectativas y futuribles. Pero en esta montaña rusa tu eres solo un ocupante del vagón y no siempre van las cosas por donde lo esperas.

Por eso tu plan sólido se puede romper por mil circunstancias. Como cuando conduces y llegas a una calle cortada, o a una señal que te obliga a ir a la izquierda cuando querías ir a la derecha. Entonces es el momento de redireccionar. De buscar nuevas fórmulas, nuevas direcciones y quien sabe, nuevos destinos.

Por eso es bueno tener más de un plan, y de dos, y de tres... Así siempre podrás redireccionar y caminar y estar activo, buscar el equilibrio y en definitiva ser feliz.

domingo, 14 de julio de 2013

La muerte

No voy a vivir para siempre. Nadie lo ha hecho y nadie lo hará. No es consuelo en absoluto. La línea que separa estar aqui de no estarlo es mínima. En cualquier momento un accidente, verte en medio de un conflicto y ser asesinado o ser victima de una enfermedad... Estoy vivo escribiendo esto, pero no tengo la certeza de que mañana podré estar aqui otra vez. Y ese pensamiento me aterra.

La vida es maravillosa, es cada detalle. Cuando ríes y cuando lloras. Cuando coges de la mano a la persona que amas o cuando discutes con un hermano. Todo lo que nos pasa es sencillamente un regalo, porque estamos vivos para sentirlo cuando otros no lo están.

En el curso natural está el marcharse. Cada día marchan muchos y llegan nuevos. Nacen preciosos bebes sin conciencia que correrán distintas suertes.

El egoísmo me lleva a temer a la muerte como el miedo a despojarme del bien mas preciado, mi existencia. Y taladra mi mente con retorcidos pensamientos que llevan al negativismo y la hipocondría. En cierta manera como una espiral dolorosa y autodestructiva en el emocional que me ha vuelto alguien demasiado inestable, frágil e irascible. Y no soy así. Pero nada pasa por casualidad.

Todos vivimos de alguna forma como viven los planetas. En un cosmos donde todo gira armoniosamente bajo unos ritmos silenciosos. Los astros no son conscientes de ello. Como no lo era yo. Pero un día comprendes que ese cosmos no será eterno. No por ti mismo, sino por cada uno de los otros planetas que forman esa estabilidad. Porque yo no se cuando me iré, pero asumo como natural la partida de mis mayores, y basta que el sol tiemble un segundo para demostrar que solo con perder una persona de ese cosmos y yo caería sin remedio.


He visto dejar de brillar el sol que me dio la vida durante días. He llegado a creer que no volvería a iluminar todo. Y en esa sombra me he diluido en dolor y angustia. Y esa angustia ha fraguado en mi ser una profunda tristeza. El sol por suerte volvió a brillar... Y yo por suerte a sonreír, aunque otras heridas quedan por dentro. Ahora el reto es curarlas y madurar en aquello que nunca maduré. Toca crecer un poco más.

Lo mejor es buscar retos, por suerte tengo varios. El futuro plagado de cosas por hacer. Y no dejar nunca de disfrutar de este sol mientras ilumine mi alma.

lunes, 17 de junio de 2013

Los Auténticos

Mi color favorito es el azul. El de mi vecino el verde. A mi no me gusta el verde ni a él el azul. ¿Puedo decirle que el azul es mejor que el verde? NO. Tajante. Que a mi me guste el azul no lo convierte en mejor que el verde. No existe un argumento racional y objetivo para defender esa afirmación. Son colores, distintos, te gusta uno u otro o los dos; pero no hay mejor que otro.

Pues lamentablemente extrapolando eso a otras realidades la gente afirma cosas así. Y lo que es peor, etiqueta personas, estilos, modas... Vivimos en un mundo de corrientes y flujos alternos. Lo efímero llevado a las avenidas de cada ciudad de mano del consumo. Por ello hoy esta de moda lo que hace 2 años resultaba ridículo y dentro de 3 estará de moda aquello de lo que hoy se ríen sin reparo. Y afirman esto es mejor que aquello. Y digo yo... ¿Mejor, por qué?

Demasiada gente con pocas miras. Valen las etiquetas que marcan los estilos. Si vistes de una forma eres mejor o peor. Si vas a un bar u otro eres mejor o peor. Si escuchas una música u otra eres mejor o peor. Si te gusta un tipo de cine eres mejor o peor. Y casualmente lo mejor o lo peor está lejos de ser una opción personal con una defensa plena de argumentos. Lo mejor es lo mío y lo peor lo tuyo. Primer golpe en la frente. El que es diferente... malo.

Y lo que esconde esta pseudo modernidad de tintes absolutamente fascistas no es más que la etiqueta creada por tal o cual convencionalismo. La sociedad como lucha de tribus mirándolo de un modo primitivo. Con la salvedad de que esas tribus son las etiquetas diseñadas por las marcas, por los estereotipos y la impersonalidad.

Planteando yo, ¿no es mejor, objetivamente, que se viva en un mundo donde la libertad moral y la ruptura de todos esos iconos gane a tanta mierda? Poder escuchar una canción heavy, una pop, una jazz y una latina y disfrutar a su manera de cada una. Ir a todos los bares y lugares que uno quiera vestido del modo que mas le guste. Ser en definitiva auténticos ylibres.

Pues no, en este planeta ser autentico significa escuchar solo un tipo de música, ir a un tipo de bares, vestir de un tipo de forma y tatuarte una serie de emblemas de ese clan social... Acabas siendo absolutamente contrario a lo que predicas. MENUDA MIERDA DE AUTENTICIDAD.

viernes, 14 de junio de 2013

El valor del dinero

Sin dinero no compras... evidencia.
Este mundo está fabricado para divertirse.
El dinero es el motor de este mundo.
El dinero crea las formas de ocio.
Las personas viven en el mundo.
Las personas quieren divertirse.
Las personas aceptan las formas de ocio.
Las buscan, las anhelan y las necesitan.
Entonces las personas necesitan el dinero.
Primero para comer, después para divertirse.
No tengo dinero, no como.
Para tener dinero necesitas trabajar.
Yo no tengo trabajo, no tengo dinero.
Tengo familia, mi familia tiene dinero, no en exceso.
Yo sigo sin tener mucho dinero.
La gente joven vive para el ocio del dinero.
Yo no tengo mucho dinero, no tengo mucho ocio.
Tengo amigos, ellos tienen trabajo, tienen dinero.
No puedo jugar con ellos.
Estudio porque ahí esta el dinero, en ser mejor.
Ya soy mejor, sigo sin trabajo, sigo sin dinero.
Y ahora encima decepcionado con el esfuerzo vacío.
Yo maldigo a este mundo por el dinero.

Aprendo que el valor del dinero lo pone el dinero.
El valor de un abrazo lo siento yo.
El valor de una sonrisa lo siento yo.
El valor de mi tiempo lo mido yo.
Que le jodan al dinero.
No es importante tener dinero,
mas importante es escapar de la tela de araña de este mundo.
La que quiere que pagues con dinero.
Mas vale aprender a vivir con lo justo
y sentirte completo...
que tenerlo todo y querer más y más y más...

Que le jodan al dinero y al mundo.