lunes, 17 de junio de 2013

Los Auténticos

Mi color favorito es el azul. El de mi vecino el verde. A mi no me gusta el verde ni a él el azul. ¿Puedo decirle que el azul es mejor que el verde? NO. Tajante. Que a mi me guste el azul no lo convierte en mejor que el verde. No existe un argumento racional y objetivo para defender esa afirmación. Son colores, distintos, te gusta uno u otro o los dos; pero no hay mejor que otro.

Pues lamentablemente extrapolando eso a otras realidades la gente afirma cosas así. Y lo que es peor, etiqueta personas, estilos, modas... Vivimos en un mundo de corrientes y flujos alternos. Lo efímero llevado a las avenidas de cada ciudad de mano del consumo. Por ello hoy esta de moda lo que hace 2 años resultaba ridículo y dentro de 3 estará de moda aquello de lo que hoy se ríen sin reparo. Y afirman esto es mejor que aquello. Y digo yo... ¿Mejor, por qué?

Demasiada gente con pocas miras. Valen las etiquetas que marcan los estilos. Si vistes de una forma eres mejor o peor. Si vas a un bar u otro eres mejor o peor. Si escuchas una música u otra eres mejor o peor. Si te gusta un tipo de cine eres mejor o peor. Y casualmente lo mejor o lo peor está lejos de ser una opción personal con una defensa plena de argumentos. Lo mejor es lo mío y lo peor lo tuyo. Primer golpe en la frente. El que es diferente... malo.

Y lo que esconde esta pseudo modernidad de tintes absolutamente fascistas no es más que la etiqueta creada por tal o cual convencionalismo. La sociedad como lucha de tribus mirándolo de un modo primitivo. Con la salvedad de que esas tribus son las etiquetas diseñadas por las marcas, por los estereotipos y la impersonalidad.

Planteando yo, ¿no es mejor, objetivamente, que se viva en un mundo donde la libertad moral y la ruptura de todos esos iconos gane a tanta mierda? Poder escuchar una canción heavy, una pop, una jazz y una latina y disfrutar a su manera de cada una. Ir a todos los bares y lugares que uno quiera vestido del modo que mas le guste. Ser en definitiva auténticos ylibres.

Pues no, en este planeta ser autentico significa escuchar solo un tipo de música, ir a un tipo de bares, vestir de un tipo de forma y tatuarte una serie de emblemas de ese clan social... Acabas siendo absolutamente contrario a lo que predicas. MENUDA MIERDA DE AUTENTICIDAD.

viernes, 14 de junio de 2013

El valor del dinero

Sin dinero no compras... evidencia.
Este mundo está fabricado para divertirse.
El dinero es el motor de este mundo.
El dinero crea las formas de ocio.
Las personas viven en el mundo.
Las personas quieren divertirse.
Las personas aceptan las formas de ocio.
Las buscan, las anhelan y las necesitan.
Entonces las personas necesitan el dinero.
Primero para comer, después para divertirse.
No tengo dinero, no como.
Para tener dinero necesitas trabajar.
Yo no tengo trabajo, no tengo dinero.
Tengo familia, mi familia tiene dinero, no en exceso.
Yo sigo sin tener mucho dinero.
La gente joven vive para el ocio del dinero.
Yo no tengo mucho dinero, no tengo mucho ocio.
Tengo amigos, ellos tienen trabajo, tienen dinero.
No puedo jugar con ellos.
Estudio porque ahí esta el dinero, en ser mejor.
Ya soy mejor, sigo sin trabajo, sigo sin dinero.
Y ahora encima decepcionado con el esfuerzo vacío.
Yo maldigo a este mundo por el dinero.

Aprendo que el valor del dinero lo pone el dinero.
El valor de un abrazo lo siento yo.
El valor de una sonrisa lo siento yo.
El valor de mi tiempo lo mido yo.
Que le jodan al dinero.
No es importante tener dinero,
mas importante es escapar de la tela de araña de este mundo.
La que quiere que pagues con dinero.
Mas vale aprender a vivir con lo justo
y sentirte completo...
que tenerlo todo y querer más y más y más...

Que le jodan al dinero y al mundo.

domingo, 2 de junio de 2013

Mi puente de los 18 versión 2.0

Pienso mucho en el futuro. Bueno, en realidad pienso mucho en muchas cosas. Pero en el futuro concentro gran parte de mi esperanza y mis ilusiones. Y lo hago porque como el pájaro que crece en una jaula pequeña mis alas ocupan demasiado espacio y mis ansias por acabar de ser un adulto me llevan con frecuencia a sumirme en un estado de crispación y desanimo que no me hace bien. La realidad es la que es, aunque el camino que haya recorrido sea el correcto, aunque no pueda reprocharme no haber hecho cuando debía. He sido bueno, he vivido centrado, alejado de lo que no me convenía, acertando convenientemente con mis compañías y mis hábitos. Y he sabido compaginar el estudio con el ocio e incluso el trabajo en la medida que necesitaba. Pero cuando el camino acaba y debería haber llegado a esa meta... resulta que todo ha cambiado y las metas están destruidas. ¿Y que le hago yo?

Me rearmo, reescribo mis frentes, buceo en mi interior y diseño un puente sólido que me lleve a otra cima distinta. Quizás en el camino la sociedad reabra mi anterior objetivo y me bajo del puente, pero si no al menos estaré ocupado laboriosamente en la construcción de mi futuro 2.0. Ese puente es mi ilusión, con toda la dificultad de volver a los 18 teniendo 26. Y con toda la facilidad que te da el tener 26 y saber que debes hacer para no quivocarte a los 18. Un pequeño Deja Vu, sin obsesionarme más con el tiempo, ni con lo pasado ni con lo futuro. Sin pensar tanto en la cima, aunque el miedo a llegar para encontrarme otro escombro sea grande. Disfrutando de cada pasito de este puente de 4 años, lleno de segundas oportunidades, para mi mismo y mis ilusiones.

Otros no llegaron a una primera cima, otros que llegaron encontraron lo que yo y no pueden permitirse otro puente. Y es que después de todo... Me siento un privilegiado porque a pesar de lo malo, tengo mucha suerte!!!