Siempre quise vivir por amor. Por amor respirar, por amor caminar y hasta por amor morir. El amor es una fuerza de la naturaleza que rompe con todo. Y así los autores se afanan en describir lo indescriptible, en desmenuzar con las palabras la inmensidad... pero, ¿hasta cuando?
La pasión, la amistad, las caricias y las bondades se liman y rebajan y quizás al tiempo miras al espejo con miedo de haberte equivocado. Con dudas de si es o no es. Y una risa nerviosa se cruce en tu camino y te derrumbe ante las miserias de una realidad que no es como pintan ni como deseaste. Y así soy preso de mi propio cuento, de mi camino, del guión trazado y las melodías repetidas... Soy una duda herida en su centro de equilibrio. Ese punto vital que ya luchó con dragones en el pasado; pero que llega el día en que baja los brazos porque empieza sentir que la inercia puede más que la magia. Y el no saber porque esa risa se repite en mi mente, ¿porqué? ¿El destino ironiza con el peso de mi realidad? ¿Es una señal? ¿Una prueba de ingenio y quietud? Soy el hombre que quiero ser, con mis luces y mis sombras -que son muchas-.
Soy el mago capaz de hechizar con palabras. El que convierte la arena en polvo de estrellas y las torres en castillos encantados. Soy ese quijote valedor de lo invisible, creador de sueños y amante empedernido. Soy todo eso que un día me hizo ser distinto, pero vivo triste y la tristeza cubre todo lo que soy bajo la pesada lava de la monotonía, del peso de una elección que a ratos me empieza a hacer dudar de mi mismo. No se si esa risa, si ese cuerpo y esos ojos llaman al mago, o quizás simplemente sea el mago quien me esta llamando a mi porque lleva demasiado tiempo aletargado. Yo soy el mago y el dormido... triste duermo y ya no sueño. Hubo un tiempo en que soñaba despierto...
Y romperlo todo es una opción, pero es dar la espalda a mi ética y faltar el respeto a mis principios. Cerraré los ojos, aguantaré un poquito más; y así el tiempo será mi aliado. Lanzar los dados no es de caballeros, pero tampoco lo es temblar en el pulso sin convicción ante la reina de mis sueños.
Muchas veces la vida se ríe en nuestra cara, y hace que se tambalee el pilar fundamental en nuestra vida, y que por tanto nos cuestionemos muchas cosas.
ResponderEliminarLa duda es algo horrible, que nos atrapa, desespera e incluso puede volvernos locos, pero tienes razón al decir que el tiempo es un aliado en estos casos. Solo el tiempo nos dirá si hemos tomado las decisiones correctas.
Y tenemos que luchar para que cada uno de nosotros sea dueño de su vida, tanto presente como futura, y no dejar que la inercia se adueñe de ese poder.