martes, 1 de abril de 2014

Pies de barro

La oscuridad pesa demasiado
en el fondo del alma tiene su sitio
y puede en un segundo
llevarte a los infiernos.
Me ha arrebatado mucho, me ha golpeado sin reparo alguno
me ha mirado a los ojos y se ha reído,
tanto como yo he llorado.
No conozco las dimensiones de mi mente,
ni imaginar hasta donde se extiende mi imaginación,
pero se que yo soy muy pequeño
y mis pies de plomo son en realidad de barro.
El miedo me ha desmoronado,
me ha revolcado como una ola gigante,
y mi barco no es barco,
es solo un tronco flotando al que me aferro...
y mi barco quizá nunca fue barco,
pero yo lo creía.
Y hoy soy débil, sencillo, temeroso, inquieto,
soy menos yo que nunca, soy la sombra de una duda,
que me cubre por completo.
Mis pies son de barro,
y mis lagrimas de fuego.

1 comentario:

  1. Te entiendo perfectamente, porque yo también he pasado por ello. La vida me ha maltratado y pisoteado sin piedad muchas veces, y he llorado amargamente, preguntándome "¿por qué?, sin obtener nunca respuesta.
    Y es en estos momentos difíciles cuando vemos lo fuertes que somos, y siempre cambiamos algún aspecto de nosotros mismos, porque el mazazo es tan intenso que deja huella en nosotros.
    Pero nunca puedes dejar que se pierda tu esencia Juan, tu yo, tu ser. Al levantarte cada mañana recuérdate a ti mismo quién eres, y no lo olvides nunca. No te dejes derrotar por los golpes de la vida. Sé que es duro porque lo he sentido en mi piel, pero tú puedes con ello, Juan.

    ResponderEliminar

salto de fe